El Sr. Donald Trump, en abuso del poder que se le confiere como presidente de EEUU, una vez más incluyó a Cuba en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo. Una lista que encierra un carácter arbitrario, hegemónico, sin sustento legal a nivel internacional ni un probatorio argumentario que sustente tal decisión: simplemente la prepotencia de firmar una directiva ignominiosa.
El paso dado por el Sr. Joe Biden de excluir a Cuba de la
lista a pocos días de entregar la presidencia, que lo dio con el atraso de todo
su mandato en un "gesto" tardío, fue hipócrita y burlesco hacia Cuba,
su pueblo y toda la comunidad internacional que exigió la exclusión de Cuba y
el cese del bloqueo económico; mucho más, teniéndose en cuenta que el Sr. Biden
también dejó vigente las más de 200 medidas restrictivas contra el pueblo
cubano, firmadas por Trump en su anterior mandato.
Desde días antes de acceder al despacho oval, ya el Sr.
Donald Trump actualizaba el Corolario de Roosevelt hasta el punto de arrogarse
el derecho a dirigir su mandato por la línea de anexar Canadá, apoderarse de
Groenlandia, cambiar el nombre del Golfo de México y despojar a Panamá de su
canal (pasando por encima de los acuerdos Torrijo-Carter, de septiembre de
1977). Una vez más se demuestra que la política que rige los gobiernos de EEUU
no contempla el diálogo, el respeto, la ética y el acercamiento de los pueblos,
mucho menos la construcción de un camino de paz.
El odio visceral de la jauría que compone la mafia
anticubana radicada en ese país y los intereses de seguirse lucrándose con el
negocio que conforma la política agresiva contra Cuba, se puso de manifiesto
con la firma de Donald Trump, a pocos momentos de sentarse en la mesa del
despacho oval, sancionando a todo el pueblo cubano a seguir sufriendo las duras
consecuencias del criminal bloqueo económico, financiero y comercial impuesto
por más de 6 décadas.
La inclusión de Cuba a esa espuria lista, no solo es un acto
de agresión contra el pueblo cubano, sino que también constituye una flagrante
violación del derecho del derecho internacional, impidiendo por la fuerza que
otras naciones y empresas puedan sostener relaciones comerciales con Cuba. Es
una actitud imperial que pisotea todo tipo de resolución adoptada al respecto
por organismos internacionales.
La rabia de la camada reaccionaria y supremacista de los
poderes en EEUU no saben encajar que Cuba no les pertenece, que hay un pueblo
firme y resistente que sigue defendiendo su soberanía e independencia, que hay
una comunidad cubana en el exterior que mantiene vigente sus raíces
identitarias y también se manifiesta contra todo tipo de proceder, violatorio,
que se intenta ejercer contra nuestra Patria; pero también está la gigantesca
masa de solidaridad con Cuba, presente en todos los pueblos del mundo, y que
juntos dejamos claro que ¡Cuba no está
sola!
La Asociación de Cubanos en Cataluña José Martí se suma a la declaración del MINREX y condena enérgicamente este acto mezquino de pura arrogancia colonialista. Imponer un cerco para que un pueblo sufra hambre o muera de enfermedades es genocidio y eso sí es TERRORISMO.
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